Abadía de San Quirce Crianza

¡El legado vitícola que ha ido pasando de padres a hijos desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días!

Una fantástica demostración de la Ribera del Duero burgalesa, con un clima extremo, alturas por encima de los 800 metros sobre el nivel del mar y viñedos con más de 30 años de edad.

Se trata de un vino con un magnífico equilibrio entre la mineralidad, fruta, la frescura y la complejidad.

Es una referencia entre nuestros vinos, aquel que nos representa y da continuidad a nuestro legado.

Notas de cata

NARIZ
Amplio, bien expuesto, con muchos matices, sobre todo frutales, finos tonos de crianza Recuerdos de frutos silvestres ( endrina), minerales (hierro) y de monte bajo (hierbas aromáticas, tonos balsámicos de piñones), toques discretos de crianza (maderas finas),fondo de hoja de tabaco.
BOCA
Bien constituido en la boca, cuerpo medio alto y buena estructura tánica, con sensación de firmeza pero sin puntas rústicas, bien equilibrado en acidez, grado y cuerpo, con centro lleno y relieve, noble fuerza, sabroso, amplio y sugestivo en los aromas de boca, con protagonismo de los rasgos varietales que se proyectan a un largo y fino postgusto.
GASTRONOMÍA
Ribera de raza, con energía, adecuado para el maridaje regional, con los asados como bandera pero también con guisos ( estofados), arroces sabrosos, caza menor (sobre todo de pluma pichón, perdiz estofada), cochinillo frito y legumbres (pochas con perdiz) Quesos de la región ( zamorano), de leche de vaca o de mezcla, semicurados.